Historia
Edward Bach nace el 24
de Septiembre de 1886 en un barrio de Birmingham, Inglaterra. A los 20 años
empieza la carrera de medicina. Fue un
destacado cirujano, bacteriólogo, inmunólogo y médico homeópata, pero sobre
todo fue el descubridor y creador de la terapia floral. Su principal objetivo
fue crear un sistema de curación sencillo, a base de remedios de plantas
comunes, para que cualquier persona pudiese curarse a sí misma. Mientras trabajaba en contacto con enfermos,
el Dr. Bach iba formando la idea de que la enfermedad física era originada por
el carácter y el estado anímico de la persona. Este convencimiento fue el que
le impulsó a buscar remedios naturales que pudiesen equilibrar los estados
emocionales.
En 1930 el Dr. Bach ya
había descubierto 5 remedios a base de plantas y los incluye en un informe
publicado en la revista Homoeopathic World. Posteriormente abandona Londres
para vivir una vida más intensa y buscar nuevos remedios en los campos de Gales
e Inglaterra.
Su teoría se basa en
que las enfermedades físicas tienen un origen emocional, y que si los
conflictos emocionales subsisten por mucho tiempo, la enfermedad del cuerpo
empieza a aparecer, sin embargo, al restaurar el equilibrio emocional se
resuelve la enfermedad física. De este
modo Las Flores de Bach son una serie de esencias naturales utilizadas para
tratar diversas situaciones emocionales, como miedos, soledad, desesperación,
estrés, depresión y obsesiones.
La terapia
Las sesiones son un
espacio de conversación entre paciente y terapeuta floral, por lo general son
de una hora, con una frecuencia de cada tres semanas. Se trabajan los temas e
inquietudes por los cuales la persona ha acudido y que son propuestos por ellos
mismos, no por la terapeuta. Al final de la sesión, se prepara la toma floral
en un frasco gotario de 30 ml. Se ingieren debajo de la lengua 4 gotas 4 veces
al día.
El paciente se hace
responsables de su proceso de sanación, siendo protagonista y gestor de su
evolución. La terapeuta floral escucha, acompaña, ayuda, contiene y prescribe
las esencias según lo que se habla en la sesión de terapia.
Aunque las esencias
pueden utilizarse durante períodos cortos en casos agudos, su uso ideal es a
largo plazo para obtener un cambio estable y profundo a nivel mental y
emocional. La potencia no se incrementa por tomar más gotas por dosis, sino por
una administración más frecuente y consistente.
Se recomienda continuar el uso de una fórmula por un período más allá
del momento en que se advierten los cambios. Así se posibilita el “anclaje” de
las esencias en un nivel de conciencia aún más profundo.
Beneficios
Por su naturaleza las
esencias florales no causan dependencia, toxicidad o efectos secundarios.
En niños sus beneficios ayudan con Problemas para
conciliar el sueño. Pesadillas Nocturnas. Mojar la cama. Problemas de
aprendizaje. Para épocas de exámenes.
Problemas de Hiperactividad. Problemas
de timidez.
Adultos pueden recibir
tratamiento para situaciones como: Adicciones. Depresión. Duelo. Ansiedad.
Insomnio. Estrés. Fatiga. Crisis
de pánico. Menopausia. Migraña. Timidez.
Miedos. Incertidumbre. Desinterés. Soledad. Apatía. Desesperación.
El origen de la enfermedad
Uno de los aspectos más
notables de la terapia floral de Bach es la búsqueda y el tratamiento del
origen verdadero de la enfermedad. Cuando nos enfermamos, normalmente buscamos
un remedio rápido y eficaz para sentirnos mejor, pero casi nunca nos ponemos a
pensar en el verdadero origen de la enfermedad.
Cada vez son más las investigaciones que comprueban lo establecido por
el Dr. Bach: las emociones tienen un efecto profundo en nuestra salud. No solo
afectan al sistema inmunológico, sino que crean predisposiciones a muchas
enfermedades. Prácticamente a cada enfermedad se le ha asociado una emoción
negativa.
Emociones como el odio,
la envidia y el resentimiento están relacionados con enfermedades como el
cáncer y la diabetes. Las enfermedades de la piel se relacionan con la falta de
autoestima. Siempre que hay cambios en el estilo de vida hay tensión emocional,
lo cual debilita el sistema inmunológico, que a su vez propicia el desarrollo
de enfermedades. Es allí donde las flores de Bach muestran su valor. No solo
sirven para resolver el problema emocional, sino también la causa emocional de
la enfermedad.
De esta forma, podemos
entender a las enfermedades no como castigos o errores, sino como oportunidades
para superarnos emocionalmente. Lo más deseable es que continuamente nos
analicemos para conocernos a nosotros mismos, superando así nuestras
limitaciones y alzando una mejoría personal.
Fuente:
www.bachflower.com
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