Origen del Reiki
Mikao Usui nació en Agosto el día 15 de 1865 en el
pueblo de Taniai cercano a Nagoya, Japón. Ingresó a la escuela Budista Tendai
cerca del Monte Kurama a la edad de cuatro años. Viajó a Europa y China para
continuar con su educación. Su currículum incluye medicina, psicología y
religión. A principios de 1920 hizo un
retiro en las montañas Kurama de Kioto. Allí, en estado meditativo alcanzó el
entendimiento (o iluminación) para reestructurar todos los conocimientos que
había adquirido en sus viajes y canalizar energía universal. En este momento
nace el reiki como técnica.
Desde este instante hasta su muerte en
1926, Mikao Usui puso en práctica las nociones tanto filosóficas como curativas
que había adquirido y creó en la ciudad de Tokio la Escuela del Sistema de Sanación
Reiki Usui. Inició en sus enseñanzas al menos a dieciséis
practicantes más, y trabajaron en esta asociación que funcionaba como hospital,
donde se practicaba la sanación física de los pacientes pero también como
centro de enseñanzas. Es importante destacar que Mikao
Usui concebía la técnica Reiki no como una mera sanación física con imposición
de manos, sino como una filosofía de vida a seguir, que condujera a la
felicidad mediante el control de las emociones. Si nuestra mente está sana entonces nuestro
cuerpo sanará es una de las máximas del Reiki.
Reiki es un vocablo
japonés que se define como:
REI - Universal
KI - Energía Vital
De tal manera podríamos
interpretar que Reiki significa Energía Vital Universal.
Una sesión dura
alrededor de 45 minutos, siendo una terapia integral que ayuda a enfrentarse a
una existencia cada vez más alejada del ritmo natural de la vida y en el curso
de la cual se encuentra cada vez con más dificultades para permanecer en
contacto con su esencia más íntima, es una terapia natural al servicio de
quienes tienen necesidad de ella. Pero es algo todavía más profundo y sagrado
para quienes quieren restablecer la armonía con ese ritmo natural de la Vida.
¿Cómo Cura el Reiki?
Estamos
vivos porque la energía vital o Ki está fluyendo a través de nosotros. El Ki
fluye dentro de nuestro cuerpo físico a través de pasajes llamados chakras,
meridianos y nadis. El flujo libre y balanceado del Ki es la causa de una buena
salud. Es el Ki lo que aviva y da vida a los órganos físicos y tejidos al fluir
a través de ellos. El Ki nutre a los órganos y células del cuerpo,
respaldándolos en sus funciones vitales. Cuando se interrumpe el flujo de Ki,
el buen funcionamiento en uno o más órganos y tejidos del cuerpo físico
disminuye. Por ende, es la interrupción en el flujo de Ki lo que causa
principalmente la enfermedad.
El Ki
responde a los pensamientos y sentimientos. Cuando tenemos pensamientos
positivos y optimistas aumentamos el flujo de Ki y esto nos hace sentir mejor.
Sin embargo, cuando somos presa de pensamientos negativos, nuestro Ki es
interrumpido y aminorado y no nos sentimos bien. El Reiki limpia, despeja, desatasca, desenmaraña y sana los bloqueos de
energía, permitiendo así que Ki sano fluya de forma natural. Una vez que el Ki
fluye naturalmente, los órganos y tejidos físicos pueden luego completar su
proceso de sanación.
Beneficios
Se puede
continuar recibiendo tratamiento médico o psicológico regularmente mientras se
recibe Reiki con resultados potenciados. De hecho, Reiki mejorará los
resultados de cualquier tratamiento médico reduciendo efectos colaterales
negativos, tales como los de la quimioterapia, cirugías y procedimientos
invasivos. Acorta el tiempo de sanación, reduce o elimina el dolor, aminora el
estrés y contribuye a crear optimismo. Se ha notado con regularidad que los
pacientes que reciben Reiki terminan su hospitalización antes que aquellos que
no lo reciben.
El Reiki
también ha sido usado en conjunción con la psicoterapia para mejorar la
curación de traumas emocionales y otros temas. Sus beneficios psicológicos
pueden incluir la mejora de la memoria y una mayor autoestima y confianza en sí
mismo.
Reduce
el estrés; genera equilibrio y bienestar de manera integral. Armoniza,
energiza, estabiliza, relaja (física, mental, emocional y espiritualmente).
Acelera la habilidad natural del cuerpo para auto-sanar (enfermedades,
emociones y dolores). Mejora el funcionamiento y el rendimiento fisiológico de
células y órganos. Aumenta la claridad mental y la concentración para estudiar
y/o trabajar. Prepara mental y emocionalmente para los actos quirúrgicos (antes
y después de las operaciones). Es auxiliar en el tratamiento para disminuir las
migrañas, depresión, dolores menstruales y estreñimiento.
Fuente:
www.reikiargentina.org
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